Ya desde niña, me fascinaba ver cómo cambiábamos y evolucionábamos. Años después, la vida me hizo mirar a las personas desde el corazón, eso me llevó a escuchar y a entender a las personas de manera más comprensiva. También es lo que me hizo decidir estudiar Psicología porque quería tener herramientas para ayudar de mejor manera a los demás.
Aprendí que había muchas vías para dar apoyo a los otros y no solo el plano mental. El cuerpo, el movimiento de este, y la expresión de este, ayudan a transformar y quitar construcciones mentales que han quedado estancadas en nuestro ser. Y las artes ayudan a plasmarlo y verlo. Así que tomé el camino de arte-terapia porque tomaba una perspectiva de la persona más completa y holística.