Escucha a tu cuerpo después de comer: Observa cómo te sientes después de comer ciertos alimentos. Pregúntate: ¿Te sientes llena/o de energía y satisfecha/o, o pesada/o y somnolienta/o? Esto te ayudará a identificar qué alimentos te sientan mejor y cuáles pueden no ser tan beneficiosos para ti.